lunes, 22 de octubre de 2012


EL PODER POLÍTICO

Desde la tradicional definición del hombre (y de la mujer) como "animal político", ofrecida por Aristóteles, hasta las concepciones actuales sobre la complejidad del poder en las condiciones de un mundo global; los problemas de gobernabilidad derivados de fenómenos como la corrupción; los cambios en los fundamentos de la legitimidad del poder en una era mediática; los intentos opuestos de fundar comunidades políticas autogestionarias, de un lado, a transestatales, por otro, todos ellos son tópicos candentes de unas ciencias políticas que se ocupan de un tema en el cual le va la vida al ser humano, casi en sentido literal, tanto más en Colombia, donde la metáfora o ficción se aproxima de modo dramático a la realidad.
Una competencia en política en Colombia, debe vertebrarse con la educación en la democracia y para la democracia, con una perspectiva a la vez cognoscitiva y ética. Por ello, son válidos para estos propósitos los documentos del Ministerio de Educación Nacional, Educación Ética y Valores Humanos. Lineamientos Curriculares y Constitución Política y Democracia, ya citados. Sólo que conviene que su enseñanza se circunscriba de modo más fino y transdisciplinario con la matriz de saberes y de ámbitos aquí indicada, lo cual implica un esfuerzo por relacionar el poder político, por ejemplo, con el poder económico, con la estructura social y con la textura cultural, tanto en un sentido analítico, como histórico, porque de lo contrario se corre el riesgo de convertir el saber para la democracia o el saber ético, en una retórica que se desgasta en la repetición de un deber ser tantas veces contradicho en la historia de los pueblos o en nuestra propia historia.
En los documentos señalados, por ejemplo, no aparece esa dimensión del ejercicio de la fuerza referida a la territorialidad, presente ya en las especies animales, en la organización moderna de los estados y, por supuesto, en Colombia en las distintos ejercicios de control territorial que fragmentan el control político del estado. Una relación analítica e histórica entre la fuerza, el poder, la violencia, incluso el terror, la crueldad y el sacrificio (éste en su dimensión antropológica) es necesaria para entender no tanto nuestras aspiraciones normativas, como nuestra compleja y difícil realidad.
Una competencia práctica entraña la adopción por parte de cada estudiante de una opción política que ha de ser sustentada en un diálogo que parta de la admisión de distintas creencias y posibilidades de acción, pero también en la capacidad de argumentación y de proposición de cada estudiante.
 FUENTE: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/educacion/educar2/politico.htm

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