lunes, 22 de octubre de 2012




Los indígenas de Bolivia que han participado en nueve marchas exigiendo tierra y territorio, soberanía, participación en la Asamblea Constituyente y planes de desarrollo para sus pueblos que viven en la miseria, tienen ahora un nuevo desafío: alcanzar el poder político en las urnas.
Por esa razón, el diputado autóctono beniano ha renunciado a su curul para habilitarse como candidato a gobernador en las elecciones del Beni previstas para este 20 de enero, agregando un nuevo ingrediente a esos comicios que de por sí, representan un buen ejercicio electoral en el que opositores y oficialistas medirán sus fuerzas de cara a las elecciones del 2014.
‘Ya no más marchas, ahora queremos ser actores políticos y gobernarnos nosotros mismos’, ha dicho Nuni al justificar porqué se ha calzado los guantes electorales.
La incursión de los indígenas es saludable, pero particularmente me hubiera gustado que sea independiente porque así mantendría viva esa genuina lucha de las dos últimas marchas en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure.
Por eso no me parece saludable estratégicamente que hayan aceptado que el Movimiento Sin Miedo los acompañe como aliado y tampoco sé si eso puede que le sume votos. Particularmente creo que no, porque le dará discurso de ataque a sus contrincantes.
Pero la política es el arte de lo posible y seguramente la determinación de los indígenas ha sido bien estudiada porque su alianza con Juan del Granado los coloca también en el escenario nacional como partes del tercer bloque que se va dibujando de cara 2014, aparte del oficialista Evo Morales y el del cementero Samuel Doria Medina, que al parecer aglutinará a las fuerzas opositoras.
Pero, la democracia es así y permite que cada uno pueda pensar y decidir qué rumbo tomar por la vía de las urnas, pues afortunadamente nuestro país no ha vivido otros procesos traumáticos.
Como los que ha tenido Colombia donde durante 50 años ha peleado el grupo guerrillero (FARC) nacido del seno campesino con el Gobierno de turno dejando miles de muertos y cicatrices difíciles de borrar en la sociedad. Por fortuna, ahora ambos se han sentado a negociar y el gobierno de José Santos permitirá a los guerrilleros que puedan aspirar a tener su representación política en el Congreso, si es que los votos a favor de sus candidatos así lo deciden, pero en paz y como gente civilizada.
O el dolor de cabeza que ha sufrido España con el movimiento independentista de ETA que reivindica la recuperación de su territorio genuino ahora en poder de los estados de Francia y España.
Volviendo a nuestra realidad tengo temor que los indígenas que al parecer están por perder la consulta en el Tipnis, después de todo el aparataje montado por el Gobierno, por el Sí a la carretera que pasa por la reserva, tengan un revés en las elecciones de Beni y vayan sumando derrota tras derrota.
El Día – Santa Cruz

http://eju.tv/2012/10/

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